domingo, 8 de septiembre de 2013

LA CANCIÓN COMO CENTRO DE ACTIVIDADES



LA   CANCIÓN COMO CENTRO DE ACTIVIDADES
"La música es para el alma lo que la gimnasia para el
Cuerpo." Platón (427-347 a. de C.), filósofo griego

Mi profesión como maestra, me ha desmostado que la música es una herramienta fundamental en nuestra tarea docente. Es una estrategia que tenemos en nuestras manos, para motivar a nuestros alumnos en la comprensión y memorización de los contenidos académicos; y que además, contribuye a la integración social. La podemos utilizar para conseguir distintos objetivos, pero siempre, siempre, hace que el camino para llegar hasta ellos, sea un camino fácil y divertido de andar.
Desde que nos levantamos por las mañanas, la música nos acompaña en las tareas diarias, ya sean individuales o grupales, independientemente del estado anímico, nos despierta el interés por cualquier situación o tema, propicia las relaciones sociales, favorece la comunicación, aminora el stress… y ya centrándonos en los niños, la música es multidisciplinar; y con ella se consigue:
- Desarrollar el sentido del ritmo, ayuda a anticipar, organizar y sincronizar el movimiento, la música nos invita a movernos, bailar y dar palmas; actividades mediante las cuales nuestros alumnos trabajan conjuntamente el ritmo y el movimiento, mejorando de este modo la expresión corporal y estimulando su coordinación.
- Fomentar la imaginación y la capacidad creativa, hace posible que nos olvidemos de lo real por un lapso de tiempo, y dejemos volar la mente a un mundo mágico, dando rienda suelta a la fantasía.
- Reforzar la memoria, pues algunas estructuras lingüísticas se fijan más fácilmente en la memoria si estas van acompañadas de música.
- Aumentar el vocabulario y paliar algunos problemas del lenguaje, ya que, algunos niños tienen dificultades en la pronunciación u otro tipo de problemas o retrasos en el aprendizaje o  del lenguaje. Y gracias a las canciones, el niño trabaja sus dificultades lingüísticas sin que esto suponga un gran esfuerzo para él y a su vez amplíe su vocabulario.
- Desarrollar el oído musical, facilitándole su introducción al mundo de la música, y ayudándole a reconocer y distinguir los distintos sonidos que nos acompañan en nuestro entorno: el chucuchu del tren, el ladrido de una mascota, el cantar de los pájaros… Hay canciones, sobre todo dirigidas a los más pequeños, en las que aparecen onomatopeyas o sonidos conocidos por el niño; cantar este tipo de canciones les ayuda a identificar estos sonidos cuando aparecen en el mundo que les rodea.
- Contribuir al aprendizaje de idiomas, en lo que se refiere no sólo a la memorización de nuevo vocabulario, sino también a la pronunciación de este, es decir la vocalización o articulación correcta; y en un sentido más amplio, abarca a su vez los componentes prosódicos: acentuación, ritmo y entonación.
- Ayudar a la estimulación del tacto, si lo acompañamos con algún instrumento; ya que no todos los instrumentos se tocan de igual manera, ni dejan la misma sensación en las manos.
Resulta divertido y enriquecedor seguir el compás de una canción con instrumentos musicales de ejecución táctil.
- Favorecer que las emociones afloren, se exterioricen, debido a que algunas canciones nos permiten llegar hasta el corazón de los niños; y mediante ellas podemos adivinar su estado de ánimo oyendo las canciones que escogen espontáneamente.
- Propiciar las relaciones sociales con los demás. Al cantar en grupo, los niños aprenden a relacionarse con sus compañeros, facilitando la cohesión y el sentimiento de pertenencia al grupo.
- Facilitar la integración, pues la gran mayoría de las canciones que cantamos en la escuela son canciones populares, mediante las cuales enseñamos a nuestros alumnos aspectos culturales de la sociedad a la que pertenecen, ayudándole a su vez a integrarse mejor en el contexto en el que viven.
- Favorecer la expresión artística, llevando la música o letra de la canción al papel, reflejando en imágenes o figuras lo que la melodía nos transmite.
- Despertar el interés por nuevos aprendizajes, que mejor manera de adquirir nuevos conocimientos si este se hace de manera divertida, entretenida, en la que el niño se hace partícipe de su aprendizaje… y la canción contribuye a ello.
Todos estos aspectos pueden conseguirse gracias a introducir la música en nuestras aulas, combinando los versos rítmicos para estimular al niño y mediante ellos, se fijen tanto en la música como en la letra.
EL VALOR DIDÁCTICO DE LAS CANCIONES
Las canciones como material didáctico para nuestra práctica docente nos pueden servir para trabajar muchos aspectos y funciones de la lengua, tanto léxicos, gramaticales y fonéticos como culturales. Nos pueden servir para trabajar todas las destrezas tanto escritas como orales.
En este sentido Cassany (ápud Jiménez y Martín 1997) señala que "escuchar, aprender y cantar canciones en clase es una práctica de valor didáctico incalculable.
Son textos orales ideales para practicar aspectos como el ritmo, la velocidad y la pronunciación correcta...”.
Por su parte Griffe (1992: 4-5) argumenta seis razones que justifican razonablementeel uso de las canciones en el aula:
1. Crea un ambiente positivo en la clase: relaja a los estudiantes, crea unaatmósfera de trabajo divertida y proporciona seguridad a aquellos alumnos que sesienten más inseguros.
2. Por su input lingüístico: parece haber una profunda relación entre ritmo y discurso. Ser sensibles al ritmo es un primer paso básico y necesario en el aprendizaje de una lengua y qué mejor que exponer el ritmo a los alumnos a través de la música.
Además el lenguaje natural de las canciones a veces es preferible frente a la artificialidad de la lengua existente en ciertos manuales.
3. Por su input cultural: la música es una reflexión del tiempo y del espacio en que es producida, por lo que las canciones son muy idóneas para utilizarlas como reflexiones históricas. Cada canción es una cápsula cultural llena de información social, así que llevar a clase una canción es llevar un “pedacito” de cultura.
64. La canción como texto: la canción puede usarse como texto, de la misma forma que un poema, un cuento, una novela, un artículo de periódico o cualquier material real.
5. Canciones y música como complemento: pueden usarse para completar un manual, para marcar un cambio, en ocasiones especiales como Navidad o como complemento en clases de diferente índole:
• Clase de conversación. Puede utilizarse para discutir su forma, contenido y propiciar un debate al igual que se hace con la poesía u otros discursos escritos.
• Clase de vocabulario. Las canciones son especialmente idóneas para la introducción de vocabulario porque propician un contexto.
• Clase de gramática. En las canciones, las estructuras gramaticales se usan en un contexto natural que ayuda a conocer su uso.
• Clase de pronunciación. Los tonos, ritmos y acentos de la música propician el aprendizaje de la pronunciación.
6. Interés de los alumnos: es un hecho que las nuevas generaciones han crecido en un ambiente de globalización musical en el que las figuras del pop actual forman parte de la vida de los alumnos. Este puede ser un punto de conexión con el mundo del alumno que sirve para motivar su interés y participación en la clase, en la lengua y en el aprendizaje.
En este mismo sentido Santos (ápud Castro 2008: 8) amplía el abanico de los recursos y no se centra sólo en el texto de la canción, sino que apunta las posibilidades de explotación de otros materiales reales relacionados con la música. Como material docente:
• Despiertan un interés positivo entre los estudiantes debido a su carga emocional, haciendo que el alumno pueda sentirse identificado con ellas.
• Posibilidad que ofrecen para la integración de temas de actualidad cultural e incluso de contenidos de otras áreas curriculares (literatura, historia, arte).
• La industria discográfica genera gran cantidad de materiales auténticos que son documentos breves y de fácil explotación.
• Son vehículos de información lingüística, desde el plano fónico hasta el sintáctico y léxico-semántico.
• Son pegadizas y fácilmente memorizables, capaces de activar el mecanismo de adquisición lingüística al que se refería Chomsky.
Por su parte, Santamaría (2000) destaca aún más ventajas sobre el uso de las
canciones:
7• Universalidad: todos los pueblos cuentan con canciones en su patrimonio cultural. Los alumnos están acostumbrados a ellas desde niños y conocen su tipología textual. Lo único diferente es el código lingüístico.
• Originalidad: ofrecen una gran variedad de temas y enormes posibilidades de explotación.
• Motivación: los alumnos tienen la responsabilidad y la libertad de interpretar las canciones y cada uno va a contribuir con su impresión a que se produzca un intercambio comunicativo.
• Componente lúdico: una canción nos ofrece la oportunidad de jugar con ella, probar su elasticidad y explorar sus límites. Se puede jugar, aprender y disfrutar con ella.
• Ambigüedad: podemos encontrar que una canción transmita más de un mensaje. La interpretación es libre, lo que es una gran ventaja como factor de interacción en el aula.
• Memorización: es un material pegadizo y de fácil memorización.
• Carácter representativo y coral: las canciones están pensadas para ser interpretadas en grupo y en voz alta, lo que hace que el carácter coral no parezca artificial en el aula.
• El léxico: es muy asociativo y concentrado en textos completos y cerrados.
Como se ve son muchas las propuestas que nos brindan los distintos autores, y son muchas las ventajas que destacan a la hora de trabajar una canción en el aula.
Entonces, ¿por qué no aprovechar la canción como recurso didáctico en nuestra labor como docentes?
2.1. Componentes afectivo, lúdico y sociocultural
Componente afectivo
La música produce en los seres humanos emociones profundas y significativas, tales como alegría y tristeza, puede modificar nuestros estados de ánimo, o transformar el ambiente en el que nos encontramos y, por lo tanto, influye en nuestro comportamiento social. Esta influencia puede modificar nuestro estado de ánimo, estimular nuestra inteligencia, rebajar nuestros estados de estrés, aliviar nuestras penas… También se ha sabido que el conocimiento musical se procesa globalmente en varias partes del cerebro, pero no solo en las áreas de procesamiento del sonido y del lenguaje, sino incluso en centros ajenos, como los destinados a la visión. De ahí que la música tenga un poder evocador que estimula la imaginación visual, el entorno lingüístico, la memoria, etc.
Las canciones y la música son formas de expresión comunes para todas las lenguas y las culturas. Los temas se repiten y quizás el rasgo más destacable sea la vaguedad de las referencias espacio-temporales y personales, que facilitan el apropiamiento por parte del oyente, al encontrar en ellas un mensaje directo y personal tal y como afirma
Gil- Toresano (2001: 41):
"las hacemos nuestras y conseguimos que nos hablen de nuestro mundo y, de esta manera, conectan con nuestro plano afectivo, tienen la capacidad de actuar sobre nuestras emociones. Esta carga afectiva y carácter vivencial de las canciones las convierte en un material motivador y significativo para explotar en el aula de lengua”.
Componente lúdico
Una objeción bastante común al uso de canciones en clase es que se considera una actividad poco seria que entretiene y distrae del programa de contenidos de muchos centros. No obstante, creemos que no tenemos que confundir “poco serio” con
“lúdico”. Está comprobado que un elemento de juego en el aula es una fuente de motivación e inspiración que favorece la implicación y participación de los estudiantes.
Evidentemente, todo dependerá de cómo planteemos la secuencia de trabajo, de los objetivos y de las condiciones que establezcamos, de la explotación que se haga de este material.
Teniendo en cuenta todo esto, podemos afirmar que trabajar con canciones es una actividad lúdica y creativa que puede propiciar el descubrimiento y aprendizaje de la lengua y la cultura y constituir la base para una comunicación auténtica en el aula, tal y como señala Santamaría (2000):
“Las canciones ofrecen numerosas posibilidades de explotación didáctica, muy atractivas y lúdicas, con las que el estudiante puede ampliar sus conocimientos jugando con la lengua, probando su elasticidad y explorando sus límites”.
Componente socio-cultural
M. Gil y otros (2002:87) piensan que “las canciones constituyen un producto cultural en sí mismo. Se han llegado a considerar una -literatura de masas- y un importante vehículo de transmisión de ideologías y creencias. A través de las canciones podemos mostrar reflejos y recreaciones de diferentes aspectos de la vida cotidiana, de nuestros hábitos y costumbres, además de que muchas canciones versan sobre temas actuales a partir de los cual resulta sencillo organizar debates y discusiones”.
Compartimos con estos autores la afirmación y creemos que, al igual que los periódicos, los programas de televisión, las novelas, las pinturas, los monumentos…, las canciones constituyen un producto cultural en sí mismo; posiblemente sean el
Fenómeno cultural más popular de nuestra civilización y se podría considerar como una forma de "literatura de masas", como afirman. Con las nuevas tecnologías y la universalización de la cultura occidental la música llega a todas partes.
Además no podemos olvidar el contenido cultural que representan las canciones en cuanto a ejemplos de estilos y tradiciones propios de regiones, países o culturas particulares. En muchas de ellas se habla de diferentes aspectos de la vida cotidiana, de nuestros hábitos y costumbres. Para muchos estudiantes, descubrir este tipo de conocimiento cultural a través de las canciones es una motivación importante de acercamiento a la lengua española.
No obstante, como “la canción española o hispana forma parte del patrimonio cultural y es un ejemplo de diversidad cultural que el estudiante extranjero quiere descubrir”
(Larraz 2002), debemos realizar una selección rigurosa que sea acorde con los gustos e intereses de nuestros alumnos, así como con los contenidos culturales que queramos enseñarles.                                            

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